El Limonar International School

03/10/18

La historia de la curva que conquistó al pasillo.

Innovar es la respuesta adaptativa a un entorno cambiante. El proyecto que se desarrolló para el Colegio el Limonar partía de la premisa de un cambio: querer dar forma a un proyecto educativo a través del espacio.

Las aulas, situadas a lo largo del pasillo, se proyectaron con un diseño original, jugando con los materiales y los colores. Todo estaba tejido en una trama de curvas y elementos de mobiliario versátiles. En la zona central se instalaron los núcleos de aseos y agua, integrándose de manera funcional e incluso destacándose como elemento útil y necesario, casi de juego, pues a la misma pileta de agua se puede acceder tanto desde fuera como desde dentro del núcleo, un detalle algo singular para los mas pequeños.

Nos abrimos también hacia el exterior, donde el patio se convertía en una extensión del aula. Los diferentes pavimentos, las zonas de sombra y las estructuras de juego organizan hoy los recreos.

El elemento guía del proyecto, el pasillo, concebido habitualmente como un componente puramente lineal, alcanzó en este proyecto una dimensión mucho más amplia. No solo con la curva, sino gracias a la transparencia de las aulas hacia el mismo y la incorporación de diferentes elementos que le aportan un valor propio, conviertiéndose a la vez en un elemento de tránsito y un espacio para socializar, un espacio de encuentro e interacción. El diseño a través de la curva es lo que nos ha permitido dar volumen a esa línea.

El resultado final es un pequeño ecosistema dentro del propio colegio. Donde la luz, la transparencia, los colores, la curva, la interacción dentro-fuera, el mobiliario y la tecnología dotan a las aulas flexibilidad, coherencia, originalidad y funcionalidad.

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